Caminando hacia formas de Interculturalidad en las Escuelas

Por Malena Pell Richards y Kaia Santisteban 

“Para los que creemos, todo.
Para los que no, nada.
Para los soñadores, miles de mundos imaginarios, cientos de historias, estas historias”. (“La cajita”, Diego Pasmanik, 2013)

Durante los primeros meses del año 2018, se fue acercando en todas las escuelas primarias el acto formal y protocolar de la “promesa a la bandera”, que realizan cada año lxs niñxs de cuarto grado. Sin embargo, este año, el acto por el 20 de Junio tuvo ciertas particularidades en algunas escuelas de San Carlos de Bariloche, donde no solamente se conmemoró la bandera argentina, sino que se iniciaron procesos de revalorización de la cultura mapuche en el reconocimiento de este pueblo originario como Nación y como parte del actual Estado, y territorio.

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La iniciativa que a continuación contaremos se dio puntualmente en la Escuela Nº 16 y la Escuela Nº 266, donde los niñxs Tiago y Mailen, acompañados por sus familiares y la organización Pichike Choique, fueron los que dieron pie inicial a transitar un proceso por la puesta en valor de las “diferencias en igualdad” durante los preparativos a la promesa a la bandera, en el cual no sólo ellxs se sintieron orgullosos de reconocer la importancia de su origen y cultura en los contextos educativos.

Sus palabras y propuestas — entregar como regalo la wenufoye a cada escuela y la realización de talleres sobre ciertos aspectos de su cultura mapuche para compartir con el resto– transmitían no solamente respeto sin también afecto y, fundamentalmente, agradecimiento por poder aprehender y entregar un conocimiento ancestral que los vinculaba a sus antepasados, más allá de las complejidades que tenía este sendero.

El inicio de este proceso, consistió en  varias actividades que se fueron planificando desde los primeros meses del año. En este período, se transitaron sucesivas instancias de diálogo y negociación con el Equipo directivo de cada escuela y también con los supervisores del Consejo correspondientes a estas dos instituciones. Las madres tanto de de Mailen  como de Tiago, junto con su tío que es Longko de la comunidad a la que pertenecen, debieron enfrentar una serie de obstáculos institucionales y exponerse a reuniones de padres de las escuelas, donde lograron la final aceptación de sus propuestas mediante sus argumentos y posiciones en torno a cómo viven su identidad cultural. En este camino el principal motivador era el “compartir” con otros niñxs de las escuelas un poco de la perspectiva mapuche, conocimientos y saberes para la revalorización de esta cultura y de este pueblo nación en lo que fueron talleres interculturales.

Es por esto que las actividades que, no solamente consistieron en la enseñanza de números, colores y canciones en mapuzungun, que a su vez explicaban la forma de entender la organización familiar, y los instrumentos musicales, sino también en explicar desde sus propios saberes la significación de la bandera mapuche.

Generar estos talleres dentro de estos espacios educativos, donde aún operan las lógicas y normativas del Estado-Nación, marcan nuevas instancias de lucha y reivindicación que disputan las concepciones hegemónicas sobre la identidad, el territorio y el nacionalismo fundante de este país. Como se demostró en este proceso, los niñxs que se reconocen como mapuche no están exentos en este proceso de disputas, y son protagonistas fundamentales, a través de sus organizaciones, en la búsqueda de espacios de diálogo para ampliar la participación de su cultura en ciertos ámbitos y contextos donde la inconmensurabilidad emerge de los sentidos culturales diferentes asignados por ejemplo: “la promesa de la bandera”.

Finalmente, llegando mayo el Longko y la Werken de la comunidad se comunicaron con nosotras para ver la posibilidad de realizar un acompañamiento como parte del grupo GEMAS, en este particular y reconfortante proceso de revalorización de la cultura mapuche dentro de la educación primaria. En esta motivación conjunta, nos reunimos en la casa de Quintupuray junto con la organización Pichike Choique para coordinar y escuchar desde sus propias voces como querían enunciar y destacar el camino  transitado para la puesta en valor de las memorias de un pueblo originario preexistente al Estado-Nación dentro de la escuela pública. Tal como nos expresaron quienes realizaron este camino, fue un “proceso de lucha” lograr que estas acciones de revalorización de la wenufoye y de compartir otros conocimientos, sean respetadas en un ámbito institucional y educativo. Aquí es donde resuenan algunas de las palabras que mencionaron como parte de este proceso y que se reiteraron a lo largo del acto de entregar la wenufoye y posteriormente: compromiso, compartir, respeto. Más que definir estos términos, podremos contar cómo se manifestaron en esta oportunidad.

El proceso de presentación de la wenufoye o bandera mapuche

Es el cuarto año que desde Pichike Choique, lxs profes, Yanina y Claudio acompañan a lxs pichikeche que van al taller en su proceso de promesa a la bandera en sus respectivas escuelas. Allí, dónde por las tardes se crea un espacio dónde es posible poner en valor su cultura, su idioma, surgió la primer propuesta –sugerido por una pichiche zomo--para que la wenufoye forme parte en el acto escolar. Una vez que pasó la sorpresa inicial, emprendieron la tarea de compartir algunos de los significados detrás de uno de los emblemas que desde 1992 representa al Pueblo Mapuche en la totalidad de su territorio. Las escuelas que en Bariloche cuentan con su wenufoye actualmente son 255, 315, 266, 328, 267, 154, 273, el Jardín 60, el Centro de los Trabajadores y Nuestra Señora de la Vida en el barrio 2 de Abril ¹.

Este año, Tiago y Mailen, debían realizar la promesa a la bandera mapuche, tal como sus antecesores compañeros de Pichike Choique habían hecho años anteriores, ellxs también quisieron hacerle lugar a la wenufoye en sus escuelas. Se organizaron talleres en la Escuela 16 y Escuela 266, se habló del significado de la wenufoye, sus colores, lxs niñxs conocieron o volvieron a escuchar y hacer sonar instrumentos, se rastreó significado de nombres y apellidos, se enseñaron canciones como “mari mari pichikeche chumleymün?” y “Tañi reñma”. Está última, significa “mi familia”, por medio de la canción lxs chicxs se acercan a las formas en cómo nombrar el parentesco en mapuzungun, lo cual cobró especial relevancia en el contexto de los talleres de este año. La participación y acompañamiento de lxs familiares y comunidad de Tiago y Mailen –además de haber sido acompañados por lxs profes de Pichike Choique–, fue central para pu pichike y permitió que los talleres ocurran para 4to y 5to grado. También, sus familiares, fueron las y los “abanderados” de la causa, se enfrentaron con las resistencias que por momento parecían que iban a imponerse y nublar los objetivos mayores que estaban detrás de estas actividades, en palabras de la mamá de Tiago y realizadora del taller:

“Está celebración que compartimos hoy [presentación de la bandera a todos los grados] nos acerca y nos abre las puertas a una sana convivencia y nos enriquece a todos como personas.” (4 de junio, Escuela 266)

Siguiendo con el espíritu de los talleres y la presentación de la bandera, la mamá de Mailen –también realizadora del taller– explicó la importancia de que este acto se realice en la escuela:

“Nos hacemos presente en esta escuela porque es una institución pública formadora de ciudadanía y donde entre todos podemos construir una sociedad justa y solidaria” (15 de junio, Escuela 266)

Por su parte, Yanina de Pichike Choique, quien ya lleva cuatro años acompañando este proceso en las escuelas de Bariloche explicó²:

“No estamos hablando de la bandera es algo mucho más profundo que la bandera.  Es que un niño pueda ser respetado en su identidad en su escuela dónde pasa 25 horas semanales (…)sí la escuela puede respetar esa diversidad que hay a su interior con los chicos, creo que eso son los pilares de la educación, va mucho más allá de la bandera, tiene que ver con el respeto a la diversidad”

 

Diferencia en Igualdad

Tzvetan Todorov (1984) formuló una pregunta importante a la cual se refirió como «la problemática de la alteridad» o de la otredad: ¿Cómo podemos aceptar al otro, que es distinto a nosotros, como igual y como diferente? La historia, argumentaba, nos ha dado incontables ejemplos en los cuales uno de los dos términos es negado para lograr la igualdad-en-la-diferencia. En el pasado, se reconocía con frecuencia la diferencia pero se negaba la igualdad, lo que llevaba a la dominación (el otro es diferente a mí, pero inferior, y por tanto puedo dominarlo). En otros casos se reconocía la igualdad, pero se negaba la diferencia, llevando a la asimilación. (Escobar 2005:123)

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Diferencia en igualdad parece un objetivo demasiado ambicioso en una sociedad que se describe desde una propia idea de Estado, que engloba a una sola Nación en un solo Territorio. El proceso de “asimilación” debido a la diferencia y disputa por el territorio, forman parte de uno de los capítulos más tristes de la historia argentina. Sus heridas, siguen doliendo. Sin embargo, la lucha por la dignidad de su diferencia y el orgullo de mantenerse firmes ante la impuesta asimilación también continúa hasta el día de hoy.

Pese a vivir en un municipio que se reconoce como Intercultural desde el año 2015, los cuestionamientos a la necesidad de enunciarse desde otra Nación, preexistente al Estado-Nación Argentino, y declarando al mismo tiempo ciudadanía Argentina, hizo por demás “ruido” a autoridades, padres y madres de las Escuelas y llamó la atención de muchxs ciudadanxs del municipio intercultural ³, ya sea “a favor”, “en contra” o con muchas preguntas.

No obstante, no es noticia, que aún con el reconocimiento a la interculturalidad como un derecho que tenemos todxs para poder aprender y construir desde diferentes trayectorias una sociedad más equitativa, y el reconocimiento a la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas en nuestro país hace más de 20 años, que la diversidad y la diferencia, irrumpen en la imagen de homogeneidad oficial que la Nación Argentina viene construyendo hace ya, cientos de años. Es, en este sentido, entendible y esperable, que cobre aún más relevancia cuando se quiere irrumpir, en uno de los rituales que por excelencia reafirman dicha unión. Sin embargo, lo que no puede ignorarse, es que la ilusión de la homogeneidad de una Nación, que en momentos como estos suele cobrar fuerza y nitidez, es casi injustificable a la luz de los hechos que el pueblo mapuche en los últimos meses y años ha ido atravesando. La homogeneidad no es tal, la igualdad casi nula, y lo que vemos es un Estado, que prevalece a una Nación por sobre otras. Por ello, era de esperarse que en la propuesta que iniciaron diferentes integrantes del pueblo mapuche, para poner en valor su cultura en el ámbito de las escuelas primarias, prime la resistencia y la confusión ante las propuestas diferentes que dan cuenta de trayectorias subalternas y alterizadas por está sociedad. Desde la antropología, hace tiempo se sabe que la diversidad rompe con la imágenes de homogeneidad oficial, pero también ya se ha dicho que la diversidad está contenida en dicha imagen (Wade,2007). Como expresó el reconocido autor Wade (2007) “esta ambivalencia no es accidental, es una de las paradojas centrales del nacionalismo; la presentación de la nación como un todo homogéneo entra directamente en conflicto con el mantenimiento de jerarquías de clase y cultura.” (Wade 2007: 377)

La presentación de la bandera –y el anhelo de que está pueda participar en las actividades escolares a futuro–, abre espacios para cuestionar qué tipo de Estado construimos, cuánta apertura habrá para hacer lugar a otros saberes, a otras trayectorias, plantear proyectos para terminar con la desigualdad en términos culturales y una diferencia que no está pensada para la construcción. Porque, como hemos sido testigxs en estos casos, es posible, a través del conocimiento de las prácticas y sentidos del Pueblo Mapuche, proponer construcciones de ciudadanía más amplias e interculturales.

Detrás de hacer lugar a la wenufoye en la escuela, está el deseo de que pu pichikeche puedan sentirse orgullosxs de su identidad, la cual es diferente a la supuesta “homogeneidad nacional” que el 20 de junio y la promesa a la bandera históricamente han querido borrar de la historia. Enfrentándose a las resistencias con las que se encontraron al expresar que querían con orgullo y alegría compartir con sus compañerxs y lxs demás estudiantes su bandera y sus significados, lograron cuestionar las bases sobre las cual este Estado-Nación de Argentina se fue construyendo. Aunque sorprenda, y enorgullezca a sus familiares y comunidad hasta las lágrimas el saber lo que sus pichikeche son capaces de lograr, no debiera sorprender que lxs más pequeñxs se hayan mantenido con la fuerza necesaria (o newen) para semejante acto. Toda su vida han escuchado las historias de sus familiares y mayores, historias de su comunidad, historias tristes que muestran las consecuencias de querer ser borrados y negados de la historia oficial, la discriminación, los malos tratos, el no permitirles ser quienes se sienten ser. Al mismo tiempo, son historias que escuchan en su territorio, cuando vuelven a su comunidad, entre correteadas y juegos por el bosque con sus primxs y hermanxs. La persistencia de sus mayores les permite tener esa vida también, y así, su familia los ha educado, sabiendo que cuentan con mucha sabiduría. El Longko de la Lof Quintupuray explicaba lo antedicho a los chicxs en uno de los talleres en la escuela de la siguiente manera:

“Los ancianos son los que transmiten el conocimiento, los que tienen sabiduría, y a los mayores siempre hay que respetarlos, siempre hay que tratarlos con mucho respeto porque ellos ya tienen mucha sabiduría, dentro suyo tienen mucho conocimiento. Por ahí uno piensa que los mayores son los que ya no pueden trabajar, que no pueden hacer mucho y los chiquitos son los que están aprendiendo y que los más jóvenes que estamos en la etapa mejor de nuestras vidas, y en realidad es todo lo contrario. Ustedes como chicos tienen mucha sabiduría, mucho para dar y absorben todo lo que van conociendo. Entonces, ¿qué mejor que aprender de los mayores para seguir transmitiendo en el tiempo?” (15 de junio, Escuela 266)

Crecer así permitió dejar de lado algunas ansiedades que no les ha tocado vivir a pu pichike che de la comunidad en estos tiempos. De allí, la sonrisa y las ansias por compartir, cualidades propias de ser niñx, los vuelve actores políticos importantes, relevantes, y explican el acompañamiento que tuvieron de sus compañerxs, el entendimiento.  

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Reflexiones finales

Como parecería haber ocurrido en estos casos puntuales, con la presentación de la wenufoye en la Escuela Nº16 y la Escuela Nº266, más los talleres de conocimiento de las prácticas y sentidos del Pueblo Mapuche, a partir de la iniciativa de niñxs que junto a sus familiares y diferentes integrante de Pichike Choique, se logró irrumpir con concepciones hegemónicas del Estado, que invisibilizan en las escuelas otras visiones de comprender el mundo.  Asimismo, al evidenciar en los discursos de quienes pertenecen a las instituciones escolares las condiciones sobre las cuales descansan los dilemas en torno a las culturas e identidades que tienen valor en la construcción del nacionalismo argentino, se han encontrado en estos la naturaleza y origen de las opresiones actuales.

En la posibilidad que tuvimos como GEMAS de ser parte de este particular proceso de revalorización de la cultura mapuche dentro de la educación primaria, es que sentimos la motivación conjunta con la familia  Quintupuray junto con la organización Pichike Choique para coordinar y escuchar desde sus propias voces como querían enunciar y destacar el camino de una posible interculturalidad, que permita poner en valor los  procesos de reafirmación cultural y de memorias del Pueblo Mapuche, dentro de la escuela pública. Si bien fue “difícil” iniciar y transitar este camino, en el final de los actos de cada escuela expresaron quienes iniciaron este camino su agradecimiento por avanzar y lograr que:“(…) cada vez que vean una bandera mapuche van a  saber que hay una comunidad, y lo que representa nuestra wenufoye (…)” 

La  revalorización de la wenufoye y de compartir otros conocimientos, en un ámbito institucional y educativo, son el puntapié para la continuidad de estos procesos de lucha, como mencionó la Werken de la comunidad:

(…) La finalidad de este acto  es poder encontrarnos y reconocernos ya que vivimos en una ciudad que se declara intercultural y de está forma reconoce la preexistencia del pueblo mapuche y demás pueblos originarios garantizando el respeto a la identidad, promoviendo una educación bilingüe e intercultural que contribuya a fortalecer la cultura, la lengua y la cosmovisión de nuestro pueblo (…) ( 15 de junio, 2018, Escuela 266).

Finalmente, acompañando este proceso en el cual la llegada de la wenufoye como evento simbólico y político, en el acto por “la promesa a la bandera”, es parte de un proceso de significaciones para disputar el discurso hegemónico y negociar así el lugar de otras memorias dentro de la historia oficial. Cuando esto ocurre, la existencia de estas memorias que antes no tenían suficiente plataforma para ser masivamente audibles, permiten visibilizar “el litigio y el antagonismo” del cual habían sido desplazadas poniendo en cuestión la legitimidad misma de las normas establecidas para debatir acerca de lo que es legitimo o ilegitimo (Ramos, 2015).

En definitiva, estos pequeños actos de contienda para introducir espacios de interculturalidad en las escuelas primarias de Bariloche, fueron una manera de enmarcar la lucha mapuche por la revalorización de su cultura y de evidenciar la pertenencia a un pueblo originario que aún en la actualidad habitan y confluye en la ciudad.

Fuentes y Referencias

¹https://www.rionegro.com.ar/bariloche/la-identidad-mapuche-se-revaloriza-en-las-escuelas-HA5266292

²Entrevista en: https://www.bariloche2000.com/noticias/leer/informan-sobre-presentacion-de-bandera-mapuche-en-actos-escolares/114829

³ En el artículo 210 de la Carta Orgánica Municipal, se establece que la Municipalidad de San Carlos de Bariloche:
1. Reconoce la preexistencia del Pueblo Mapuche y de los demás pueblos originarios de la región, adhiriendo al plexo normativo vigente en materia indígena. 
2. Garantiza el respeto a su identidad y promueve el derecho a una educación bilingüe e intercultural que contribuya a preservar y fortalecer sus pautas culturales, su lengua, cosmovisión e identidad (…).

Escobar, Arturo 2005. «Una ecología de la diferencia: Igualdad y conflicto en un mundo glocalizado.» En Más allá del Tercer Mundo. Globalización y Diferencia.  Universidad del Cauca, Colombia. Cap. 5, pp.: 123-144.

Ramos, Ana 2016. «La memoria como objeto de reflexión: recortando una definición en movimiento» en  Ramos, Crespo y Tozzini. (comp.) Memorias en Lucha: Recuerdos y silencios en contextos de subordinación y alteridad. Aperturas Sociales, pp: 51-70

Wade, Peter 2007. “Identidad racial y nacionalismo. Una visión teórica de Latinoamérica” En De la Cadena, M. (comp.) Formaciones de indianidad. Articulaciones raciales, mestizaje y nación en América Latina, Envión  Pp: 367-390

 

 

Publicado por

Malena Pell Richards

Lic. en Ciencias Antropológicas con orientación Socio-Cultural. Universidad Nacional de Río Negro-IIDyPCa