Corrían las cinco de la tarde del día 28 de noviembre cuando se aproximaron dos móviles (una camioneta y un auto) con diez efectivos de la policía provincial al territorio de la Lof Cañio, ubicado en las laderas del Cerro León de Buenos Aires Chico, en cercanías de la localidad de El Maitén en Chubut. Por orden del Fiscal Carlos Díaz Mayer, el Inal Lonko de la Lof, Javier Cañio estaba siendo notificado para ser trasladado en uno de los móviles al hospital de El Maitén a realizarse una serie de análisis para comprobar o no su participación en el ataque a un puestero de la estancia El Maitén del grupo Benetton, ocurrido en el mes de julio de 2017. Luego de tres pedidos del fiscal, la jueza Graciela Anabel Rodríguez dio lugar a esta orden. Javier está siendo sospechado sin ningún motivo en esta causa. La falta de pruebas que lo incriminen sólo es prueba de que el procedimiento es una demostración más de la persecución, la violencia y el racismo hacia el Pueblo Mapuche.
Como en tantos otros casos, la información acerca de lo que estaba sucediendo llegó por mensaje a la brevedad, logrando que a la hora se estableciera una red de apoyo en el hospital. Acudió con rapidez al lugar el abogado citado por la familia, Raúl Pitrula de la APDH. Y estuvieron en guardia los abogados y trabajadores del Ministerio de Defensa Pública, quedando en el caso el defensor en lo penal Bruno Deias.
Javier Cañio y su abogado decidieron realizar los análisis para evitar situaciones de tensión posteriores. Negarse a hacerlo implicaba ser trasladado por la fuerza a la ciudad de Esquel. A Javier le realizaron un hisopado extrayendo una muestra de saliva para obtener su ADN y una revisación buscando una herida de arma blanca, que el puestero de Bennetton afirma haberle realizado a uno de sus atacantes. La herida no se encontró, echando por tierra las infundadas sospechas.
Aproximadamente a las 21 horas finalizó el procedimiento; Javier y su abogado explicaron su posicionamiento a las personas presentes. Como mencionó el abogado Raúl Pitrula en una nota para la radio Petu Mogelein de El Maitén: “La persecución sobre él termina acá, termina aquí dentro del hospital, porque esto no tiene lógica que siga, espero que sea el criterio del fiscal y el criterio de la jueza, esto es como para reestablecer la justicia en el ámbito familiar de Javier”.
Por su parte, Javier denunció: “Esto es claro que es una persecución por parte del Estado hacia el Pueblo Mapuche. Si bien ya es de público conocimiento el conflicto que estamos manteniendo nosotros acá en la localidad cercana a El Maitén, el conflicto de Cerro León, yo soy la cara visible de este caso y de la comunidad, soy el que anda denunciando este caso. Históricamente han negado a nuestra gente en el territorio el cual habitamos ya hace más de cien años, antes que El Maitén exista, antes de que exista el ferrocarril nuestra gente ha estado en el territorio y hasta el día de hoy nunca nos han reconocido y no nos quieren reconocer por parte del municipio”.
Javier Cañio forma parte de la Lof Cañio. Esta Lof junto a la Lof Ñiripil desde hace más de seis años vienen defendiendo su territorio en las laderas del Cerro León (hoy conocido como Cerro Azul) del avance de un mega proyecto turístico de 19 pistas de esquí llevado adelante por los estados provincial de Chubut y municipal de El Maitén, así como por empresarios locales. Javier ha vuelto público este emprendimiento y la modalidad irregular mediante la cual comenzó a llevarse a cabo –sin consentimiento de las Lof que están asentadas en dichos territorios hace más de cien años, sin haber realizado un informe de impacto ambiental, talando sin permiso plantas nativas. Sin embargo, Javier también fue una pieza central en el proceso de encauzar por las vías del diálogo y judiciales este conflicto. A nivel jurídico, la falta del informe de impacto ambiental y la reticencia de los funcionarios del Estado provincial y nacional para responder a sus reclamos, llevaron a las Lof a iniciar un recurso de amparo de no innovar (Expte. 338/2012 COMUNIDAD MAPUCHE CAÑIO y OTROS C/ PROVINCIA DEL CHUBUT Y OTROS S/ ACCIÓN AMPARO). El 15 de diciembre del año 2015 obtuvieron dictamen favorable ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y Laboral de la Circunscripción Judicial del Noroeste del Chubut en el que se decretó la prohibición de continuar con la ejecución de las obras correspondientes al centro de esquí.
El territorio de los Cañio guarda aún las marcas de esta injusticia: una tala impresionante, árboles tirados, postes de aerosilla y un refugio abandonado en la zona de veranada de sus animales. A pesar de esta cautelar, los Cañio se encuentran afrontando continuamente el avasallamiento de empresarios y del Estado que ponen en cuestión la cautelar queriendo violarla.
Todo este período de conflicto y el haber manifestado su posicionamiento en contra de este emprendimiento, le costó a los Cañio pasar de ser considerados “buenos vecinos” o “primeros pobladores” a ser “conflictivos” e “ir contra el progreso”, sufriendo como consecuencia una serie de campañas mediáticas que deslegitimaron su pertenencia al pueblo mapuche y su reclamo, así como ataques violentos dentro de sus territorios, como disparos de balas, cierre de tranqueras, sustracción de carteles, entre otros. Cuando todo este conflicto se inició, y a lo largo de distintas charlas con GEMAS, Javier manifestaba que:
“Porque al igual que mi bisabuelo, y que mi abuelo, nosotros estamos reclamando por nuestro territorio, porque es nuestro. La injusticia de él es por lo que luchamos también (…) También nosotros estamos en contra por la contaminación que va a traer con el tiempo, por eso ahora nosotros ¿Para qué lo vamos a utilizar? (…) Va a ser lo mismo de siempre. (…) la contaminación, la suciedad que salga del refugio va a parar al arroyo que baja por acá. A un agua que tomamos nosotros y no solamente nosotros, todo Buenos Aires Chico está tomando agua que viene del arroyo nomás” (Javier Cañio, mayo de 2013)
Javier siempre fue claro, ese reclamo era por el territorio mapuche con pleno conocimiento de su historia, y a la vez, este proyecto, como tantos otros que se habían puesto en marcha en la localidad de El Maitén y alrededores, traía el progreso para unos pocos, para el resto sólo exclusión. Eso había que decirlo. En esta línea de asumirse vocero de la lucha, en el mes de junio, Javier ha denunciado que al regresar de atenderse con una machi en Gulumapu (Chile), funcionarios del SENASA le habían destruido lawen (preparados medicinales) para un tratamiento que estaba realizando. Con esta denuncia, con el apoyo y trabajo de otras Lof y organizaciones mapuche de la zona, se inició una mesa de diálogo con el SENASA para encauzar la situación y permitir el paso de lawen.
La persecución a Javier puede entenderse así: lo que sus palabras y sus acciones han ido forjando, el Estado quiere acallarlo con la fuerza y la violencia. Aún así, Javier y las Lof del Cerro León siguen velando por el territorio, denunciando al hacerlo, la injusticia e impunidad históricas del accionar estatal.
*Agradecemos a los cronistas de la radio Petu Mogelein por los audios e información.
Foto: Revista El Federal
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